martes, 18 de noviembre de 2014



Presentación

A continuación, se brinda un análisis en relación a la comunicación asertiva y las concepciones sobre la misma referidas en el libro ¨Cuestión de dignidad, el derecho a decir no¨ de Walter Riso.


La Comunicación desde la visión de Walter Riso

Comunicarse es un acto complejo donde dos o más personas se relacionan, intercambian mensajes: ya sea, de manera verbal o no verbal.  Dicho intercambio busca la comprensión  y constituye una necesidad y característica de los seres humanos.

La comunicación entre los seres humanos es una habilidad que se trabaja, adquiere y es posible modificar. Según Riso (2012) Nadie nace predeterminado a ser sumiso, esto se aprende de forma paulatina, “sin darse cuenta”.  No es una cuestión biológica ni hereditaria, es un comportamiento aprendido y por lo tanto modificable” (p. 17).

Con base en lo anterior, se ejemplifica como el ser humano cuenta con la capacidad de modificar ciertos elementos de su accionar, con el fin de lograr comunicarse de una forma asertiva; no obstante, antes de profundizar en esta temática, es pertinente recordar los tipos de comunicación, que se explicaran a continuación.


Tipos de comunicación

El ser humano, siempre está en un constante proceso de comunicación, donde se establecen intercambios con otros individuos. Por lo tanto, la comunicación puede verse como cualquier acción o comportamiento que busque suscitar una reacción especifica en la otra persona, grupo o comunidad.

Con base en lo anterior, se establece como toda comunicación busca transmitir un determinado mensaje y para esto se utilizan diversos códigos como: gestos, palabras, expresiones, posturas, entre otros, lo cual, es posible catalogar como comunicación verbal y no verbal.

El lenguaje es el instrumento de comunicación más importante que se posee y el proceso de pensamiento depende en gran medida del lenguaje y su significación; razón por la cual, en la mayoría de los casos se establece una doble comunicación: por una parte la comunicación verbal que incluye todo lo que se comunica por medio el lenguaje y la comunicación no verbal que abarca una gama de señales, símbolos, acciones, comportamientos que transmiten un determinado mensaje.

Definitivamente, la comunicación verbal y no verbal en gran cantidad de ocasiones interactúan de forma conjunta, en el mejor de los casos sincronizadas y brindando el mismo mensaje; no obstante, en ocasiones se establecen algunas dificultades en la comunicación, como por ejemplo cuando se expresa verbalmente una idea, pero el lenguaje no verbal indica lo contrario.

Estilos de comunicación

Estilo de comunicación pasivo o inhibido.

Una de las principales característica del estilo de comunicación pasivo o inhibido se encuentra en que la persona se preocupa en primera instancia por satisfacer a los demás, por lo que, no defienden sus derechos, por sobre los demás. 

Según Riso (2012) “los individuos sumisos suelen mostrar miedo y ansiedad, rabia contenida, culpa real o anticipada, sentimientos de minusvalía y depresión. La conducta externa es apocada, poco expresiva, con bloqueos frecuentes, repleta de circunloquios, postergaciones y rodeos de todo tipo” (p.30).

Con base en  lo antes citado, es posible contrastar como este estilo de comunicación podría generar en la persona sentimiento de desamparo, tensión, ansiedad a la hora de interactuar con otros, mostrando bajo control tanto en las diversas situaciones, como ante sus propias reacciones.

Por otra parte, es posible que las personas con estilos de comunicación pasivo o inhibido, presenten una serie de pensamientos o ideas irracionales que les dificulte un nivel funcional de interacciones.  Al respecto Riso (2012, p30), indica que existen unas serie de pensamiento típicos que bloquen a la persona y le limitan en su adecuado accionar. A continuación se indicaran tres de ellos:

“Los derechos de los demás son más importantes que  los míos.”

“No debo herir los sentimientos de los demás ni ofenderlos, así yo tenga la razón y me perjudique.”

“Si expreso mis opiniones seré criticado o rechazado.”

“No sé qué decir ni cómo decirlo.  No soy hábil para expresar mis emociones.”

De acuerdo a lo mencionado anteriormente, el individuo ejerce un pobre control sobre sí mismo, sus deseos, aspiraciones, anhelos, buscando satisfacer los requerimientos de otros o de la  misma sociedad.

Estilo de comunicación agresivo.

La comunicación agresiva es otra forma de conducta no-asertiva, pero de carácter opuesto a la inhibición. Probablemente la forma más común de falsa asertividad es la agresividad, la cual con frecuencia solo constituye una fachada tras de la cual se oculta una debilidad interior en vez de una fortaleza.

Según Riso (2012, p31), las creencias que median el comportamiento de este estilo de comunicación se centran en que los derechos de este tipo de personas son más importantes que los derechos de otros individuos, logrando en ocasiones infundir temor en sus relaciones más que respeto o aprobación.

En relación con lo anterior, este estilo de comunicación se caracteriza en no respetar los derechos, intereses y sentimientos de los demás y en ocasiones, cuando sobrepasa a una forma más extrema, podrían referirse conductas como ofensas, provocación o inclusive ataques; No obstante, también se comporta con estilo agresivo la persona que sólo busca conseguir lo que desea, sin tener en cuenta los derechos de los demás, aunque lo haga de una manera más sutil.

Estilo de comunicación asertivo.

Según Riso (2012) “Decimos que una persona es asertiva cuando es capaz de ejercer y/o defender sus derechos personales, como por ejemplo, decir “no”, expresar desacuerdos, dar una opinión contraria y/o expresar sentimientos negativos sin dejarse manipular, como hace el sumiso, y sin manipular ni violar los derechos de los demás, como hace el agresivo”. (p.29).

De la cita anterior  se desprende, que una persona con estilo de comunicación asertivo es capaz de expresar sus sentimientos, ideas y opiniones, defendiendo sus derechos y respetando los de los demás.

Uno de los objetivos primordiales de la persona asertiva es expresarse de forma adecuada, sin la necesidad de agredir; por lo tanto, no se está hablando de una imposición de criterios, más bien se trata de una negociación.

Es muy probable que la persona que logre interiorizar y actuar bajo este estilo de comunicación en sus relaciones interpersonales, se sienta relajada y con el control  necesario, situación que facilita sus diversas interacciones, ya sea a nivel familiar, educativo, laboral, entre otros.

Una vez esclarecidos los estilos de comunicación, según Walter Riso, es importante conocer las ventajas de ser asertivo y por ende la importancia de dicho comportamiento, según el mismo autor.


Importancia de ser asertivo

Como se ha planteado anteriormente, el ser asertivo conlleva una serie de ventajas tanto para la persona que lo vive, como para los otros individuos que interactúan con él o ella; ya sea de forma directa o indirecta.

La sociedad actual, en ocasiones crea trabas sobre la importancia  de trabajar en la obtención de un adecuado nivel de comunicación; sin embargo, es necesario analizar y concientizar sobre algunas de las ventajas de comunicarse de manera asertiva, lo cual se menciona a continuación.


Ventajas de  la asertividad

La asertividad fortalece el amor propio y la dignidad.

“Para exigir respeto debo empezar por respetarme a mí mismo y reconocer aquello que me hacer particularmente valioso, es decir, debo quererme y sentirme digno de amor. Precisamente, la dignidad personal es el reconocimiento de que somos merecedores de lo mejor”( Riso, 2012, p.43).

 Lo anterior señala como el amor propio, el reconocimiento de  habilidades, derechos, deberes, en general de quien soy realmente, promueve el mejoramiento en diversas áreas del desarrollo y la asertividad se convierte en un herramienta para el logro dichos elementos.

La asertividad permite una mejor defensa psicológica y nos hace más seguros.

Según Riso (2012) “Cuando somos asertivos se reduce la discrepancia entre el yo real y el yo ideal.  Cada vez que se ejecuta una conducta asertiva se genera una retroalimentación, que nos dice: “Fuiste capaz”. Sube el yo real (p.49).

En relación con la cita mencionada, se desprende como una comunicación adecuada o asertiva, encierra las bases para el logro de nuestros anhelos o expectativas.  El individuo que actúa de forma asertiva, promueve el desarrollo cada vez de forma más constante de dicha habilidad.

La asertividad facilita la libertad emocional y el autoconocimiento.

“Cuando expreso lo que pienso y siento, libero la mente y sano mi cuerpo. Me doy la oportunidad de observarme a mí mismo en relación con los otros, me descubro y me comprendo en cada acción y reacción del intercambio” (Riso, 2012, p.50).

Al respecto, se puede decir que la expresión asertiva de emociones, ideas, experiencias,  tanto positivas como negativas, posibilita la liberación emocional y el autoconocimiento, como elementos claves para el adecuado desarrollo del sujeto.

La asertividad ayuda a resolver problemas y mejorar la comunicación.

Según Riso (2012) “La asertividad permite relaciones más funcionales, más directas y auténticas.  Es un método de comunicación por excelencia, donde la honradez y la transparencia son determinantes”(p.50). 

De acuerdo a lo anterior, asertividad, comunicación y relaciones interpersonales, se convierten en piezas que conjugadas de la forma adecuada, pueden convertirse en verdaderos aliados en la resolución de conflictos y en la interacción cotidiana, tanto a nivel inter como intra-personal.

Las ventajas del comportamiento asertivo, planteadas anteriormente, se convierten en promotores al tratar de alcanzar dicha conducta; sin embargo, es importante complementar la información con la temática de los derechos asertivos, como un medio para el análisis de la  situación en las diversas áreas de interacción.


Derechos asertivos

Los derechos asertivos pueden ser muchos y muy variados, en ocasiones dependiendo del individuo; no obstante, existen algunos derechos “universales”, los cuales, pueden servir como guía para el presente trabajo. Riso (2012. pp57-58) presenta una síntesis de los derechos asertivos extraída de los autores Caballo, Lnage, Castanyer, Ellis y Smith:

1.            El derecho a ser tratado con dignidad y respeto.
2.            El derecho a experimentar y expresar sentimientos.
3.            El derecho a tener y expresar opiniones y creencias.
4.            El derecho a decidir qué hacer con mi propio tiempo, cuerpo y propiedad.
5.            El derecho a cambiar de opinión.
6.            El derecho a decidir sin presiones.
7.            El derecho a cometer errores y a ser responsable de ellos.
8.            El derecho a ser independiente.
9.            El derecho a pedir información.
10.         El derecho a ser escuchado y tomado en serio.
11.         El derecho a tener éxito y fracasar.
12.         El derecho a estar solo.
13.         El derecho a estar contento.
14.         El derecho a no ser lógico.
15.         El derecho a decir: “No lo sé”.
16.         El derecho a hacer cualquier cosa sin violar los derechos de los demás.


Luego de conocer los derechos asertivos y las temáticas planteadas anteriormente, es pertinente profundizar en algunas estrategias de comunicación asertiva, con el objetivo de no quedarse únicamente en la información y tratar de promover la acción y puesta en práctica de los conocimientos obtenidos.


Estrategias de comunicación asertiva

Como se ha mencionado en reiteradas ocasiones, para lograr comunicarse de una forma asertiva es necesario tomar en consideración algunas estrategias que impulsen a modificar elementos que interfieren en el adecuado desarrollo de dicho proceso. A continuación, se  plantea cada elemento, según lo indicado por Riso (2012, pp 123-126)

Se tratará de dividir las estrategias en aspectos de índole verbal y no verbal:


  • Verbal:                                                                                                   


El contenido verbal del mensaje.

El contenido del mensaje asertivo es la transcripción en palabras de la meta que se desea alcanzar. El mensaje deber ser claro, explícito, directo, franco, considerado y respetuoso de los derechos de las demás personas. El contenido no puede tener puntos medios, es el único componente que no puede ser negociable: no se puede fallar en lo que se dice, no se puede cambiar el tema por temor o inseguridad. Cuando se descubre que una persona no dice lo que piensa se siente indignación.

Fluidez verbal.

Esta requiere espontaneidad y seguridad. Los tiempos muy prolongados para dar una respuesta, debido a que se piensa demasiado, generan angustia en la persona que está esperándola. Las personas inseguras o inasertivas consideran que cada pregunta es un problema que deben resolver. Emplean diversos recursos inadecuados, tales como muletillas, silencios entre una frase y otra, repeticiones y aclaraciones innecesarias, reiteradas disculpas e insinúan en vez de afirmar. Cuando se conversa con alguien que carece de fluidez verbal se siente impaciencia y desesperación.

El volumen de la voz.

Las personas que se sienten intimidadas por figuras de autoridad suelen bajar el volumen de su voz, al considerar que de esa forma el impacto de su mensaje no ofuscará al receptor la receptora. Quienes son inasertivos emplean un volumen de la voz demasiado bajo, lo que, además de dificultar la comunicación, provoca que se vean como personas tímidas o inseguras.

Con base en lo anterior, es recomendado manejar un volumen de voz moderado, donde la persona no se esfurse demasiado por parecer agresiva, ni se minimice ante los otros individuos.

Modulación y entonación de la voz.

La entonación comunica sentimientos, nos hace humanos, nos hace simpático, empáticos o antipáticos. La entonación siempre implica interés: si el interlocutor es parco, la persona se siente poco apreciada. Cuando alguien habla con una entonación pobre y sin modulación afectiva, se experimenta aburrimiento, desconexión y pereza de responder.

  • No verbal:

Mirar a los ojos.

La mirada huidiza es típica de las personas inasertivas. La persona asertiva no escapa a la mirada, la sostiene el tiempo suficiente para establecer un buen contacto. Cuando se esquiva la mirada, generalmente se experimenta desconfianza porque se presume que la otra persona tiene algo que esconder o bien, que ésta no nos valida como su interlocutor.

La postura.

Comunica actitudes y la persona inasertiva, con su sola presencia física, demuestra que lo único que desea es no molestar. Es difícil acercarse afectivamente a una persona que no se acepta a sí misma. La sumisión generalmente produce rechazo.

En relación con lo anterior, es pertinente analizar la postura que se asume ante determinados episodios y tratar de expresar seguridad y confianza; sin embargo, esas actitudes no se reflejaran si realmente no se viven en interior de la persona.

Los gestos.

El gesto es la entonación del cuerpo. Acompaña físicamente al lenguaje y completa su sentido. El gesto es lenguaje no hablado, silencio que delata, expresión en estado puro. Se puede gesticular con todo el organismo, pero es en el rostro donde más se manifiesta lo que la persona es. Cuando se observa a alguien no solo se miran sus ojos, también las cejas, la boca, las comisuras. Los gestos de las personas no asertivas suelen estar desfasados respecto del lenguaje hablado, lo cual, produce desconcierto, incertidumbre y desconfianza.




Mapa Conceptual sobre la temática





Riso. W. (2012). Cuestión de dignidad, el derecho a decir no. México: OCEANO.

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